¿Tu laboratorio está alineado con las buenas prácticas de muestreo?

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El muestreo es la base de cualquier análisis confiable. No importa cuán avanzado sea tu equipamiento: si el proceso de muestreo no es representativo, todo el control de calidad se ve comprometido.

En el sector de alimentos procesados, donde cada lote debe cumplir con estándares rigurosos, aplicar buenas prácticas de muestreo es tan importante como contar con tecnología precisa en el laboratorio.

Aquí te dejamos una guía rápida para evaluar si tu laboratorio está alineado con las mejores prácticas:

1. ¿La muestra representa fielmente al lote?

Un error común es asumir que cualquier porción del producto sirve como muestra. Pero para que sea representativa, debe tomarse de manera aleatoria y sistemática, considerando la homogeneidad del lote, el punto de muestreo (entrada, proceso, final) y el tamaño adecuado.

Una muestra mal tomada genera resultados irrelevantes y decisiones incorrectas.

2. ¿Se siguen protocolos estandarizados?

Las muestras deben tomarse, manipularse y almacenarse bajo procedimientos documentados. Esto asegura la trazabilidad, evita la contaminación cruzada y garantiza que los resultados sean repetibles.

Un protocolo claro evita variaciones entre operadores y reduce el riesgo de errores.

3. ¿Se utilizan recipientes y herramientas adecuadas?

El uso de recipientes incorrectos (por material, limpieza o tamaño) puede alterar la muestra o introducir interferencias en el análisis. Herramientas mal calibradas o dañadas también afectan la precisión.

Cada muestra debe llegar al analizador en condiciones óptimas.

4. ¿El análisis se realiza de inmediato o hay condiciones de conservación?

El tiempo y las condiciones entre el muestreo y el análisis importan. Factores como temperatura, humedad o exposición a la luz pueden modificar la muestra. Si no se analiza de inmediato, deben aplicarse métodos de conservación validados.

Minimizar el tiempo entre el muestreo y el análisis mejora la confiabilidad.

¿Y el equipo de análisis acompaña estas buenas prácticas?

Contar con un equipo robusto, rápido y calibrado para el tipo de muestra es esencial para cerrar el ciclo de calidad. Instrumentos como el Inframatic 9500, por ejemplo, permiten analizar harinas, granos o ingredientes secos de forma rápida y precisa, a partir de una muestra bien tomada, reduciendo el margen de error y acelerando la toma de decisiones.

¿Tu laboratorio cumple con estos puntos?

Si dudás de alguno, es momento de revisar tus procedimientos. Alinear el muestreo con las mejores prácticas es una inversión en eficiencia, cumplimiento y reputación.
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